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Contratos desiertos en el tercer trimestre de 2022: un crecimiento que se frena

  • El 10,9% de los contratos licitados del tercer trimestre ha quedado desierto, lo que es una reducción del 9,6% respecto al periodo anterior (12,1%) y crecimiento del 3% respecto al mismo periodo del año anterior (9,8%)
  • Los contratos desiertos de suministros experimentan una importante bajada, quedándose en el 11%, mientras que los desiertos de obras crecen en igual proporción, alcanzando el 12% del total licitado
  • El número de ofertas por licitación sigue a la baja, indicando el peso de los contratos de obras en la competencia general en la contratación pública
  • El 9,2% de los contratos financiados con el PRTR han quedado desiertos, lo que los sitúa por debajo del resto de contratos. Su importe total es del 1,1% del total licitado, lo que indica que son contratos de importes por debajo de la media. 

El tercer trimestre de 2022 ha seguido la tónica del resto del año: una inflación en niveles muy elevados en gran medida relacionados con el coste de las materias primas y los combustibles, como se puede comprobar en el cuadro de mandos de contratos desiertos de Gobierto. Sin embargo, hay algunos elementos que pueden incidir en la evolución de los contratos desiertos para este periodo. 

A lo largo del primer y segundo trimestre se han adherido todas las CCAA al sistema de revisión de precios para contratos de obras, lo que debería reducir la incertidumbre de los operadores económicos. La tendencia inflacionista, aunque ha seguido al alza, ha rebajado el ritmo de crecimiento en este trimestre, lo que podría influir también en un estancamiento de las licitaciones sin ofertas. Finalmente, tras más de un año de tensión inflacionista es posible que los costes de mano de obra empiecen a reflejar también un aumento y, por lo tanto, las licitaciones con más peso de este componente, es decir, servicios, empiecen a aumentar el número de contratos desiertos. 

2022: el año de la desertificación

En 2022 el volumen de contratos desiertos está batiendo marcas en número y en porcentaje. Al finalizar septiembre 11334 licitaciones fueron declaradas desiertas (esto es sin ninguna oferta o sin ofertas que cumplieran las condiciones mínimas de validez del procedimiento). Este número supone un 11,3% del total de las licitaciones en un año donde se está licitando más que nunca. 

A estas alturas del año hay más contratos desiertos que en 2019 y 2020 y en las próximas semanas alcanzaremos si no cambia la tendencia los más de 12500 de 2021.

El tercer trimestre ha experimentado una ligera mejoría respecto al anterior. El número de licitaciones desiertas apenas ha superado las 4000, un 9% menos que en el periodo de abril a junio. Podría pensarse que esto se debe a que el periodo estival reduce el número de licitaciones, pero incluso en términos porcentuales se ha dado una caída de esta magnitud, bajando del 11%

Menos desiertos, pero en un nuevo contexto

En la composición de los tipos de contratos encontramos algunos datos que nos pueden dar pistas cara al futuro. Los contratos de suministros son los más afectados, alcanzando un 12% del total de licitaciones publicadas en lo que va de año, mientras que los de obras han subido de manera muy sensible (pasando de menos del 5% a superar el 10% en un año) y con los contratos de servicios de manera estable. 

Sin embargo, si analizamos la evolución de cada trimestre se puede observar como mientras los desiertos de suministros y servicios parecen bajar, los de obras se han disparado desde mediados de 2021. 

La oferta media por licitación sigue una caída iniciada a finales de 2021, fecha en la que se encontraba en 4,3 ofertas por licitación, hasta menos de 3 en este último trimestre, lo que tiene implicaciones en el ahorro en los procedimientos de compra. Esto podría explicarse por la mayor competencia que han aportado tradicionalmente los contratos de obras que en la actualidad están sufriendo más la desertificación. 

La composición de las licitaciones a lo largo del año no es la misma siempre. En los trimestres intermedios del año los contratos de obras son más habituales, mientras que en el último, son los de suministros los que tienen una mayor relevancia. Esto puede significar en el futuro un posible reajuste a la baja del total de contratos desiertos si los suministros mantienen la tendencia iniciada en este trimestre. 

El impacto de los contratos desiertos en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia

En lo que respecta a los contratos financiados por los Fondos Next Generation encontramos que la tendencia relativa también va a la baja:

Aunque aumenta el número de licitaciones desiertas de manera muy visible (casi un 50%), su peso en el total de la contratación cae al 9,2%. Esto nos indica que se ha licitado mucho más con los fondos del Plan de Recuperación en este periodo y que no ha crecido en la misma manera el número de contratos sin adjudicatario. 

Más relevante aún es que esta cantidad representa sólo el 1,1% del presupuesto total licitado en el tercer trimestre. Todo indica que los contratos más afectados por este fenómeno de desertificación son los que tienen importes más pequeños y, posiblemente, los más accesibles a PYMES.

Así que podemos señalar que la reducción del crecimiento de la inflación ha dado una tregua en el total de contratos desiertos durante el último trimestre. Es especialmente notable la reducción de los contratos desiertos de suministros, que iniciaron una rápida escalada en 2021 y empiezan a bajar estos dos últimos trimestres. Las medidas de revisión de precios no parecen transmitir mayor confianza en el sector de la construcción, que sigue en una firme escalada, lo que impacta también en la competencia media de la compra pública, dado que tradicionalmente ha tenido mayor número de ofertas por licitación. Los contratos de servicios se mantienen estables, lo que parece indicar que no están acusando el impacto de la inflación, al menos hasta la fecha.

Foto de Ryan Cheng en Unsplash

Oct 18, 2022
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