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Código CPV

El CPV es un sistema de codificación numérica compuesta por hasta 8 cifras organizada de manera jerárquica que permite identificar la materia u objeto sobre el que se va a realizar el contrato de manera independiente al lenguaje escrito, permitiendo localizar licitaciones y contratos indiferentemente del idioma o terminología empleados en su objeto. Es un código de uso obligatorio en las licitaciones y que tiene implicaciones en aspectos como la solvencia y la certificación de los proveedores. Se pueden usar diferentes CPVs en una misma licitación o contrato.

En Gobierto tienes acceso libre a nuestro buscador de CPVs para que examinar cada CPV y cómo se realizan contrataciones en cada uno de ellos

¿Qué es el CPV?

El CPV (siglas de Common Procurement Vocabulary) es el Vocabulario Común de Compra Pública y fue aprobado por el Reglamento (CE) n.o 2195/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de noviembre de 2002 y revisado periódicamente por la Comisión Europea (la última vez en 2017).  De manera coloquial se entiende como CPV al código que se asigna a un contrato dentro de este vocabulario (el CPV del contrato)

Necesidad del CPV

Esta estandarización tiene un origen europeo por dos condiciones evidentes: 

  • Diversidad lingüística. La UE alberga países con diferentes idiomas y la localización de posibles oportunidades de contratación pública se dificulta usando un lenguaje verbal, mientras que uno numérico permite superar esta limitación
  • Diversidad de objetos de contratación. La contratación pública permite diversas aproximaciones a los objetos de contratación y a su definición. El uso de una estructura codificada permite localizar sobre una base común licitaciones entre poderes públicos y operadores económicos. 

Estructura del CPV y funcionamiento del CPV

El CPV se compone de un código numérico de 8 cifras, ampliables con un guión y una cifra adicional. Este modelo permite  una clasificación jerárquica de más de 10000 referencias con una codificación numérica que hace referencia a las materias de contratación. La finalidad de este vocabulario es la de establecer un lenguaje común que permita la clasificación sobre una base estandarizada de las materias de contratos que se realizan bajo la compra pública. 

Al tratarse de una estructuración jerárquica, la especificidad del código aumenta conforme se detalla el objeto del contrato. Un código que tiene 2 o 3 cifras antes de que empiecen los ceros a la derecha será más genérico, mientras que uno que agote las 9 cifras será muy específico. Del mismo modo, un código genérico incluye, al menos indirectamente, los objetos que tiene por debajo. Como norma general, se tiende a usar códigos con 4 ó 5 cifras.

Así, por ejemplo, si el código 14700000 hace referencia a metales comunes, 17420000-8 se centra en aluminio, níquel, escandio, titanio y vandalio y el 14721100-2 es el óxido de aluminio. 

Uso del CPV

El CPV permite que una administración pública indique qué es lo que necesite más allá de sus consideraciones lingüísticas y operativas y que los agentes económicos lo puedan localizar más allá de estas. El uso de los CPVs es obligatorio en la definición del objeto del objeto del contrato, tal y como indica el artículo 2 de la LCSP.  

Un CPV debe permitir que el mayor número de operadores económicos interesados en el objeto del contrato lo puedan identificar (eficacia), y, a la vez evitar que puedan sentirse identificados aquellos que no corresponden a las necesidades del contrato (eficiencia). De ahí la importancia de que la elección del CPV sea lo más precisa posible, si bien ni la ley ni la práctica tienen una aproximación común que permita un tratamiento homogéneo. Si volvemos a nuestro ejemplo, si queremos licitar una tonelada de óxido de aluminio y utilizamos el CPV 14700000 (metales comunes), se enterarán proveedores de óxido de aluminio, pero también de otros metales. Si elegimos el CPV 14721100 acudirán sólo los que venden ese material. 

Igualmente el CPV tiene un papel importante a la hora de valorar la solvencia de una empresa a la hora de optar a una licitación, dado que se puede utilizar como elemento de comparación

Implicaciones del uso de los CPV

Dada la naturaleza compleja de los contratos públicos es normal y frecuente el uso de varios CPVs para un mismo contrato. En muchos casos la elección del CPV va a tener una definición desigual dependiendo de la capacidad de cada poder adjudicador de poder definir correctamente el que corresponde a sus licitaciones. 

La profundidad del uso de los CPVs más frecuente  es de 5 cifras. Hay tipos de contratos y materias en las que es más habitual el uso de CPVs muy específicos bien sea por la regulación o por la especialización de las unidades de contratación (como ocurre en los contratos de obras).  

En el estudio de Gobierto sobre uso de CPVs localizamos igualmente, que los contratos con CPVs más específicos tienen una concurrencia más elevada que los genéricos. 

El uso de un CPV inadecuado genera problemas importantes tanto operativos como posiblemente jurídicos, dado que: 

  • Impide que las empresas adecuadas puedan optar a una licitación
  • Puede hacer que empresas inadecuadas puedan optar a ella
  • Puede anular el procedimiento al considerar que se está haciendo una selección no adecuada menoscabando derechos de las empresas a concurrir en una licitación a la que materialmente podrían hacerlo con una selección adecuada. 

La elección de un CPV influye tanto en la validez del proceso como en  la competencia y el ahorro.

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Apr 1, 2022
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